top of page

Nuestra historia

Mezcal Espíritu de Lobo:
El Legado de la Tradición en Cada Gota

Desde 1938, en el corazón ancestral de Santiago Matatlán, Oaxaca, nace Mezcal Espíritu de Lobo, una marca que encarna la esencia inmutable de cinco generaciones de maestría mezcalera.

No somos solo productores; somos guardianes de un arte, depositarios de una experiencia transmitida de generación en generación, donde cada gesto en la elaboración de nuestro mezcal es un tributo a la tradición más pura y a la calidad inigualable que solo el tiempo y la dedicación pueden forjar.

Nuestra profunda conexión con la tierra se manifiesta en una inquebrantable dedicación a la sustentabilidad ambiental. En Espíritu de Lobo, cada botella es un reflejo de nuestra relación profundamente respetuosa con el medio ambiente. Practicamos un uso responsable y consciente de los agaves silvestres, no solo cosechándolos con sabiduría, sino también reforestando para conservar activamente la biodiversidad local y promover la regeneración vigorosa de los ecosistemas. Esta simbiosis con la naturaleza es el alma de nuestro espíritu.

El nacimiento de cada gota de Espíritu de Lobo es un ritual meticuloso que comienza con el Jimado. Nuestros jimadores, herederos de saberes ancestrales, se adentran en el campo para identificar y cosechar los agaves en su punto óptimo de maduración. Esta labor es completamente a mano, utilizando herramientas tradicionales como la coa, con una precisión que minimiza el daño a las plantas circundantes y al ecosistema, asegurando que cada "piña" o corazón de agave llegue a nuestras palenques con su máxima expresión de azúcares y carácter. Es una danza entre el hombre y la planta, una promesa de respeto desde el origen.

Una vez jimadas, las piñas de agave son transportadas a nuestros palenques para la Cocción, un proceso que desvela sus azúcares y aromas ocultos. Aquí, la magia sucede en hornos bajo tierra construidos con muros de piedra volcánica, que actúan como una cámara de cocción natural. Estos hornos son alimentados con leña de encino y ocote, maderas cuidadosamente seleccionadas por su capacidad de generar un calor constante y un humo aromático que impregna suavemente las piñas.

Esta cocción lenta, que puede durar varios días, es fundamental; no solo ablanda el agave, sino que también inicia el complejo proceso de caramelización y ahumado, ayudando al desarrollo de los sabores únicos y complejos que son el sello distintivo de nuestro mezcal.

El agave cocido, ahora tierno y fragante, pasa a la etapa de Molienda. Lejos de métodos industriales, en Espíritu de Lobo honramos la tradición al utilizar una tahona de piedra: una enorme rueda de moler, que aplasta lentamente las fibras del agave. Este proceso, pausado y metódico, no solo extrae los jugos, sino que también preserva la integridad de las fibras, enriqueciendo el mosto con matices y texturas que serían imposibles de obtener con maquinaria moderna.

Finalmente, el mosto resultante se traslada a las Tinas de Madera para la Fermentación. Estas tinas, a menudo hechas de pino o encino, son organismos vivos que albergan levaduras silvestres autóctonas del ambiente de Oaxaca. Aquí, sin la adición de levaduras artificiales, la naturaleza toma el control. El mosto fermenta lentamente, transformando los azúcares en alcohol, en un proceso que puede durar días o incluso semanas, influenciado por la temperatura ambiente y la sabiduría del Maestro Mezcalero. Es en estas tinas donde el mezcal adquiere su espíritu más auténtico, realzando la complejidad de sus aromas y sabores antes de pasar a la destilación.

Mezcal Espíritu de Lobo no es solo una bebida; es un viaje a través del tiempo, un sorbo de historia viva, y un compromiso inquebrantable con el futuro. Cada botella es una invitación a descubrir el alma de Oaxaca, la paciencia de la tradición y el respeto por la tierra en cada gota.

bottom of page